domingo, 17 de noviembre de 2013

There're signs everywhere

Hay señales en todas partes. ¿Cuántas veces hemos acudido a algún tipo de señal que guiara nuestros pasos? ¿Cuántas veces hemos buscado algo que nos diera a entender que lo que hacíamos era lo correcto? Yo os responderé a ambas: infinitas veces. Algún que otro hipócrita lo negará, pensando que con esto me refiero sólo hechos extraños como fenómenos celestes o letreros luminosos de neón sobre nuestras cabezas. Sin embargo, no reparará en el número de veces que ha dejado su destino en manos de una moneda lanzada al aire. ¿Qué buscamos en esa cara o esa cruz sino "lo mejor" para nosotros? La posición de esa moneda determinará nuestro camino, aunque sólo sea por una noche, unas horas o un segundo. Quizá no le demos la mayor importancia, es una decisión menos que probablemente no conlleve ningún tipo de relevancia en un futuro. O quizá sí. 
Dejando a un lado el tema del azar y volviendo a esas señales que todos hemos buscado en alguna ocasión, ¿son de verdad señales o sólo vemos lo que queremos ver? Esa canción que te anima a mandar un mensaje cuando dudabas si hacerlo o no, y te da ese pequeño empujón; ese pensamiento compartido, esa luna perfectamente colocada en el firmamento. ¿De verdad hay algo que guía nuestros pasos o simplemente materializamos nuestros deseos por medio de señales, justificando así nuestras propias decisiones? No sé qué asusta más, la verdad: lo primero, que haya algo más allá de nosotros mismos que maneje nuestro sino, que no tengamos poder alguno sobre la dirección de nuestros pasos en el camino; o lo segundo, que nuestra mente sea capaz de modelar la realidad hasta tal punto. Es realmente retorcido, ¿no? Nuestra mente es algo maravilloso, de dimensiones inimaginables e imposible de comprender, así que no dudaría en decantarme por lo segundo. Porque, ¿quién, después de ver "El número 23", no ha encontrado dicho número por doquier durante semanas? Es todo un juego mental. Todo esta en nuestra mente: el amor y el dolor, la alegría y la tristeza, el fracaso y el éxito, todo. Puede que asuste un poco al principio, pero pensándolo bien, si todo está en nuestra mente, somos nosotros quienes tenemos el control. Nosotros tenemos el poder de cambiar esa realidad a nuestro favor. 

No hay comentarios: