martes, 21 de febrero de 2012

No hace falta decir nada más

No hace falta decir que duele, que sigue doliendo. No hace falta seguir fingiendo que todo va bien, porque estoy demasiado cansada de ser alguien que no soy. Cansada de empujarte a los brazos de cualquiera que pueda ocupar mi lugar y hacerte sentir lo que un día te hice sentir yo. Porque por suerte o por desgracia, sabes perfectamente quien soy. Conoces el por qué de lo que hago y digo. Sabes cuándo algo me hace daño, incluso aunque yo diga lo contrario. Se acabaron los juegos de tira y afloja; hemos agotado ya la arena y la cal. No más chantajes emocionales, no más discusiones. ¿Para qué seguir machacándonos mutuamente sobre algo que no va a cambiar? Conoces la situación y las razones. Esto es lo que soy, hasta aquí puedes tener de mí. ¿Es suficiente? Pues aquí me tienes, S.

miércoles, 1 de febrero de 2012

YO

Llevo mucho tiempo ya pensando en escribir esta entrada. Casualmente coincide con una de las peores semanas de todas, carga emocional, hormonal y de trabajo. ¿Coincidencia? Lo dudo mucho. Siempre que no puedes con más es cuando tu imaginación y tu creatividad se encuentran en tu punto álgido (siempre que no tenga nada que ver con algo mínimamente provechoso, para lo cual te quedas en blanco). 
El otro día vi una película "Come, reza, ama" y, aunque Julia Roberts no es una de mis actrices favoritas, hubo un par de cuestiones que sí me hicieron reflexionar. Llega un punto en la película en la que le preguntan qué palabra la definiría como persona y se da cuenta de que no tiene una palabra sólo suya, sino que todas dependen de sus relaciones con los demás. Pasa de ser hija, a estudiante y novia, de novia a esposa, y ahora que se había divorciado, no era nada. ¿No es triste?
Pensando, llegué a la conclusión de que mi vida no difería demasiado de la suya. Siempre preocupada por estar a la altura de lo que esperan de mi, de lo que esperáis de mi. Buena hija, amable, cariñosa que esté ahí cuando me necesitéis, tanto como buena amiga, que actúe según vuestros propios parámetros de amistad, ni siquiera en eso puedo tener los míos propios. Buena estudiante, por supuesto, es algo que no debemos olvidar, ya que es algo por lo que todos hemos aprendido a torturarnos, las notas, tampoco realmente por lo que aprendemos o dejamos de aprender, sino por un dichoso papel que diga que "somos buenos estudiantes, que estamos a la altura de las expectativas". Buena novia, cuando lo he sido, siempre cuidando hasta el último detalle para hacer feliz a la otra persona, sin preocuparme realmente por si yo lo era. Intentando cambiar mi forma de ser o de sentir para amoldarme a las situaciones. Resulta todo tan agotador...
Pues bien, ya es hora de dejar todo eso atrás. Soy como soy y siento como siento y no pienso sentirme culpable o pedir perdón por ello.
- Sí, te echaba de menos, aún lo hago, tanto que me atraviesa cada día tenerte lejos. Es algo que está ahí y no puedo cambiar. Quizá el tiempo tenga algo que decir en todo esto.
- Os escucharé, pero a veces sois tan egoístas que sólo conseguís que me de miedo contaros lo que me pasa. Os cerráis en banda a vuestra manera de ver las cosas y aunque intento tener mi propio criterio, vuestras opiniones y quejas van haciendo mella en él. Os quiero pero hay veces en los que tenéis que aprender a escuchar y juzgar cuándo es momento de criticar y cuándo de simplemente mostrar apoyo.
- Lo siento, sé que ha podido dolerte pero no es algo que realmente tenga que ver contigo. Nada va a cambiar entre nosotras, seguiré estando aquí para ti, como los últimos tres años.
- He de decir, que ahora mismo sois tan importantes para mi que espero llevaros conmigo siempre. Es increíble lo que puede hacer una cena al año, un disco y unas cuantas risas y críticas a profesores incompetentes y ridículos. Os quiero.
- Estoy aquí, aunque creo habértelo demostrado.

Supongo que cada uno sabréis qué va dirigido a vosotros y qué no.
Me voy a seguir con mis obligaciones como buena estudiante, continuaré con el de amiga y seguiré con el de hija y profesora particular más entrada la tarde. Lo de si buena o mediocre, o lo que yo bien crea oportuno, ya lo iremos viendo.

Un besito a todos.

¡Os quiero (a la mayoría, para qué mentir)!