He estado fijándome en el blog. Es curioso el número de entradas de cada mes. Como es lógico los meses de junio y julio a penas tienen entradas, por ser verano... Sin embargo en agosto vuelven a subir, a pesar de ser este mes cuando sí he estado fuera.
Muchas veces he dicho que se escribe más y mejor cuando se está triste, es como si fueramos más propensos a expulsarlo todo. Quizá sea eso, que tendemos a expulsar lo malo de nuestro interior, porque es como si las palabras salieran, no de tu boca o tu cerebro, sino directamente de tu corazón. Por eso creo que el estar decaído es algo que ayuda a todo escritor, me gustaría pensar que, más que por su estado de ánimo, es por su necesidad de pensar en lo que le ocurre, de cabilar sobre lo que le rodea. Simplemente en expresar en palabras todo su mundo.
Siendo sincera, es algo que me fascina, escribir es algo maravilloso. Te libera de todos aquellos sentimientos y pensamientos, buenos o malos, que posees. Yo al menos cuando escribo me libero de todo eso. Una vez queda escrito y expresado sale de mi mente y abandona mi cuerpo. Sí, es una idea que permanece en esencia guardada en algún rincón de mi cerebro, pero ya no está latente. Creo que esto lo he explicado ya muchas veces, pero en ocasiones, incluso al leer un texto antiguo, no creo que lo haya escrito yo. Es algo extraño... y sin embargo me encanta.
~~~~~~~~~~~~~~~~
~~~~~~~~~~~~~~